
24 Nov La historia de una historia
Estaba viviendo en Nueva Zelanda junto Rodrigo, cuando vi la foto en Facebook de una amiga arriba de un elefante en Tailandia. Esa exótica imagen me voló la cabeza con un solo objetivo: Asia. Trabajamos durante un año, y cuando tuvimos suficiente dinero, partimos por un viaje de 8 meses. Como éramos un comunicador audiovisual y una periodista, decidimos hacer un documental sobre las fiestas paganas asiáticas.
La primera celebración a la que fuimos fue un “Rodeo de Elefantes” (?). Había más de 200 elefantes juntos caminando por la calle ¡No lo podíamos creer! Los elefantes actuaban, pintaban, jugaban fútbol. Grabando todo lo que se movía, cumplimos el sueño de andar arriba de uno… pero fue una experiencia nefasta: el tipo que lo manejaba, el mahout, le iba pegando todo el tiempo con un pincho de fierro (ankush) en la cabeza. Nos bajamos pensativos, medios consternados, sintiéndonos culpables….
Después del rodeo decidimos visitar Chiang Mai, una ciudad mítica del norte de Tailandia. Caminando por sus calles encontramos un cartel: “Elephant Nature Park”. Entramos y una menuda mujer nos recibió: Estamos haciendo un documental de elefantes. Pero de qué trata. De elefantes. Ok. Nos llevó hasta una habitación, puso un disco en un DVD y salió de la pieza, cerrando la puerta tras ella. La pantalla se llenó de crudas imágenes de sangre y violencia, con pequeños elefantes como protagonistas. Era el Phajaam o ritual de domesticación, donde los elefantes bebés son separados de su madre, torturados y encerrados en jaulas, para que, a través de golpes, aprendan a obedecer a los humanos. Luego los llevan a trabajar. A cargar turistas.
Pasó un buen rato hasta que la mujer volvió, presentándose como Lek e invitándonos a su parque natural de elefantes. Luego nos enteraríamos que Lek Chailert es uno de los referentes más importantes del mundo en la protección del elefante asiático. Estuvimos tres días en su parque y nada puede compararse a la sensación de despertar escuchando el sonido de estos increíbles animales, alimentarlos y bañarlos. Hicimos entrevistas y fuimos comprendiendo que el problema era mucho más complejo de lo que creíamos. Y lo peor, que casi no existe información, por tanto el turista no se entera (amos) de lo que está sucediendo.
Así fue como decidimos que el resto del viaje sería la búsqueda de esta historia. Lek nos ayudó a hacer nuestro itinerario: primero fuimos al parque de un alemán en Laos, luego a Ankor Wat en Camboya. Nos fuimos del sudeste y aterrizamos en India. Primer destino: Jaipur y al festival de colores. Luego las fiestas religiosas en el sur de India y por último, y lo más hermoso, reducir nuestro equipaje a dos bolsos y montarnos en una moto para ir dos semanas en búsqueda de elefantes salvajes. Y lo conseguimos.
Después de 4 meses de producción, y otros tantos de post producción, el documental estaba listo y terminado. Pero viajando por Australia en una van, sufrimos el robo de nuestro auto, con todos nuestros equipos y el disco duro que contenía el proyecto. Por suerte, las cintas del documental las habíamos enviado a Chile. No se las robaron. Volvimos a Chile. De a poco comenzamos a comprar nuevos equipos y a re digitalizar el material, a hacer todo de nuevo… Así “Los Elefantes No Pueden Saltar” renacieron, y finalmente serán estrenados el 18 de octubre en la Cineteca Nacional de Santiago, para luego pasar a salas en todo Chile.
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